Verano, Google y traseros femeninos
- Misma
- 1 jul 2023
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 27 oct 2024

A esta entrada del blog le llamo
VERANO, GOOGLE Y TRASEROS FEMENINOS
¡¡¡Hola, QUERIDA AMIGA!!!
Olvidémonos del tiempo que llevo desaparecida, y mejor enfoquémonos en el verano, en Google y en los traseros femeninos. En que vivo en el Caribe, en el 100 x 35 en el que nació el conejo malo, en que estaré un par de veces de visita por la playa mientras dure esta estación del año. En que cargaré con la neverita para todos lados, con mi Yeti y varios “snacks”; y no con el caldero de arroz con pollo guisado —¡Amén por haber dejado atrás esa mala costumbre de la familia, hermana!—. También, en que me pasaré protector solar por toda la piel a sabiendas de que voy a terminar asá como langosta en BBQ para, días después, entrar en histeria por el ardor, el picor y el pellejo que me acompañarán a lo largo de unas cuantas semanas. En que trataré de caminar descalza por la arena como toda una diosa, disimulando el que se me esté quemando la vida por los pies.
En que, además, voy a tirarme de pecho al mar exacta y en que posiblemente después de eso saldré a flote pareciendo un chiste; y en que un chiste seré para los demás, porque hasta con una teta por fuera voy a salir del agua salada, y eso es si a una maldita agua viva no le da por acariciar con mucho tacto mi piel y me deja ahí, batallando con ella a grito pelao. En que si la suerte me acompaña puede que hasta destape con clase una botella de vino rosado para darme una copita mientras escucho música en Spotify; qué puede pasar, ¿que en mi lucimiento el corcho salga volando y me explote un ojo? Bueno, esas cosas pasan. Y, en lo más importante para mí en estos precisos momentos, en que este año QUIERO TENER MI PRIMERA VEZ.
Aclaremos lo aclarable
¡Nena, ubícate; no seas mal pensada…!
Cuando digo que quiero tener mi primera vez me refiero a que quiero tener mi primera vez, pero en tanga; no montada sobre el caballo, esos tiempos para mí ya pasaron (ahora estoy viviendo otros, qué mamita...).
Sucede que yo nunca me he atrevido a ponerme un bikini que se me meta nalgas pa dentro. Sí, porque me crie en un hogar chapado a la antigua y de santa religión, en donde los actos que no estuvieran alineados a los valores de la familia se pagaban con exceso de pudor, vergüenza y bochorno. ¿Por "el qué dirán” de la gente? Pues, digamos que también.
El problema ahora que ya me decidí a hacer lo que quiero es que todavía no me decido por los trajes de baños que estaré utilizando en mis salidas veraniegas; así que, ante esto, hice lo que ya todo el mundo hace cuando se anda en busca de la solución a un problema: recurrí al único que podía salvarme el pellejo en cuestión de segundos, al gigante de seis letras coloreadas de primarios.
Déjame contarte acerca de la búsqueda
Bueno, cuando entré a Google, pasó lo que no sé qué pasó; pero que, por muy extraño que parezca, siempre pasa.
Me explico, de estar buscando y viendo las nuevas tendencias para el verano 2023, de trajes de baños para la mujer, terminé explorando resultados que solo proporcionaban enlaces relacionados con los tipos de traseros femeninos, o “glúteos”, “pompas” o “pompis”, “culos”, “nalgas”, “cachetes”, “colas”, “cachas”…
Tanta fue la cantidad de estupideces que me salieron sobre el tema, empezando por los títulos de los artículos y terminando por el contenido —como cuestionarios, que lo único que dan son ganas de llorar—, que no dudé ni por un segundo en poner en el buscador “tipos de traseros”, pero así, de manera literal. Cuando lo hice, adivina con qué fue con lo que me encontré: con que todos los resultados que arrojó la búsqueda en la primera página estaban relacionados con los tipos de traseros de la mujer; incluso, las imágenes que aparecieron como preámbulo a los enlaces. ¡NI LAS NALGAS PELUDAS DE UN SOLO HOMBRE SE ASOMARON POR LA PANTALLA DE MI COMPUTADORA PARA POR LO MENOS ESTILLARLA O DEJARME CIEGA DEL ESPANTO!
Aquí, si me lo permites, voy a hacer un enorme paréntesis para evitar levantar pasiones que no vienen al caso:
Por si no te has dado cuenta de la situación, lo que yo puse en el buscador fue “tipos de traseros"; NO “tipos de traseros femeninos”. En otras palabras, en la búsqueda, yo no especifiqué género alguno; y quiero hacer otra aclaración en este punto, esta no es una entrada que tenga como eje central el tema de género, sino de traseros femeninos. Así que no nos desviemos del tema, por favor; te prometo que ya mismo llego a donde quiero llegar con todo esto. De todas formas, si quieres, te invito a que hagas la prueba por ti misma; a ver si tu búsqueda arroja resultados similares a los míos. Si sucede que te animas y lo haces, no olvides compartir conmigo aquí abajo en la sección de comentarios qué tal te fue con el ejercicio. ;)
Ya aclarada la situación y presentada la evidencia de lo que estoy argumentando, sigamos con el relato…
Redondos, cuadrados, invertidos, corazones, planos, tablas, voluminosos, grandes, pequeños, dobles. Lisos, ásperos, con estrías, celulitis, con pecas, lunares o manchas, con hoyos o vacíos. Prietos, dorados, jinchos, pintos, pálidos, bronceados. Forma A, Forma V. Pera, manzana y fresa —como si en todo caso estuviéramos hablando de un coctel de frutas—. ¡Por clases! Por clases de la I a la V, ya me imagino yo a mi trasero espetao en una jerarquía como esa. Hasta lágrima y anaquel también les dicen por su forma… ¡¡¡Ay, mira, vete pal c@%$&*!!! (entretente, y descifra para donde te mandé con cariño en esta ocasión).
Todos esos nombres o esas categorías o clasificaciones, o como le quieras llamar, todos y más fueron los que pude identificar a través del Internet en el poco tiempo que estuve realizando la búsqueda de la que te estoy hablando; la cual se me ocurrió limitar de inmediato a: “tipos de traseros femeninos”, a ver con qué estupidez me iba a encontrar esta vez.
Por aquello de ser justa, de cerca de 5,720,000 resultados que arrojó en 0.33 segundos la primera búsqueda que hice, ahora, esta segunda búsqueda que limité por género (femenino), arrojó 1,010,000 en 0.44 segundos. Aun así, a pesar de que es evidente que en esta ocasión hubo una reducción significativa en cuanto a la cantidad de resultados que estoy informando, entiendo yo, que no estamos hablando de uno que otro resultado. La verdad es que estamos hablando de más de un millón.
Y también de cómo esta terminó (la búsqueda)
En todo caso, digamos que ya lo dijo el rey de los motores de búsqueda, Google, como resultado del ejercicio no intencionado que estuve llevando a cabo:
“
Traseros femeninos hay para escoger.
En esta misma línea me da por añadir que como para estar tratándolos como iguales y poniéndolos a competir. ¡Poniéndolos a competir! La apreciación, los gustos, las preferencias y todas esas mierdas que pajarean por nuestra cabeza son relativas; cuán a menudo se nos olvida.
Mire, Fulanita, con mucho respeto, le repito lo que ya le dije para que no se le olvide: traseros femeninos hay para escoger, como para estar abochornándonos de esta otra parte de nuestro cuerpo. Parte de nuestro cuerpo que, al igual que los senos, “pechos” o “chichis”, te invito a mostrar con mucho orgullo —pero, sobre todo, con buena intención y con calmita por aquello de ser considerada con los ligones (y sus parejas, si aplica) a los cuales les puede dar algo malo por estar haciendo muy bien su trabajo—; especialmente, durante esta época del año, en la que todas tenemos la excusa perfecta para utilizar el traje de baño que nos dé la gana, sin la necesidad de estar torturándonos con otro maldito dilema como si nuestras vidas estuvieran saturadas del rosa que se agotó a nivel mundial a consecuencia del rodaje de la película de Barbie: ¿le queda o no le queda a mi cuerpo? ¡Oye, mamita!: Para los gustos los colores, los tamaños, las formas, las texturas, las apariencias… ¿Sigo?
Ah, y como en el contenido que revisé en Internet de todo lo que se hablaba era acerca de los traseros jovencitos, como si estos no fueran a envejecer —nunca, jamás—, en esta te recuerdo, y añado para que luego alguien sea considerado conmigo y me dé el debido crédito, que también existen los que ya no les cabe ni una arruga más, y para mí, querida amiga, esos son los verdaderos traseros de traseros.
Yo te digo una cosa, a mí no me molesta para nada que las playas este año estén repletas de mujeres enseñando sus nalgas en el verano, porque, por si no lo sabías, los que especialmente se muestran con seguridad y confianza hablan bonito de la autoestima de las mujeres que los cargan.
Y lo siento, but I love them!
Misma (Mt. 22:39)
Y en tu país, ¿cómo le dicen al trasero de la mujer?
P. D. No olvides que siempre que así lo desees puedes compartir las entradas de este blog con las mujeres que te rodean, con esas que forman parte de tu comunidad femenina.
Algunas notas para que nos podamos entender:
1. El término en inglés “snacks” se refiere al plural de “aperitivos”.
2. La expresión “exacta” es una manera de describir la buena apariencia de una persona o lo impecable de esta.
3. La palabra “teta” es como se le dice al seno de la mujer en algunos países.
4. Las palabras “tanga” o “bikini” aluden en este caso a un tipo de traje de baño que por la parte trasera tiene una tira delgada que se une a la cintura a través de un triángulo o de una T, dejando al descubierto las nalgas.
5. La expresión “chapado a la antigua” se refiere en este caso a un hogar muy conservador, en el que se suelen seguir las costumbres y tradiciones de épocas pasadas; así como en el que se acostumbra a perpetuar ideas, valores, principios y creencias que no responden a los tiempos modernos.
6. La expresión “salvarme el pellejo” se refiere a salvar a alguien de una situación.
7. “Glúteos”, “pompas” o “pompis”, “culos”, “nalgas”, “cachetes”, “colas” y “cachas” son formas alternas que también se utilizan en distintos países para referirse a los “traseros femeninos”.
8. La palabra “espetao” es lo mismo que “espetado”.
9. La expresión “pajarean” es lo mismo que “pasean”, a veces sin sentido.
10. “Pechos” o “chichis” son formas alternas que las personas utilizan en distintos países para referirse a los senos.
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