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¡Qué madre(s) esta(s)!


A esta entrada del blog le llamo

¡QUÉ MADRE(S) ESTA(S)!


Querida amiga, déjame y te cuento la de estos días.


El miércoles de esta semana, la madre que me parió me recordó la celebración del día de las madres; mientras yo trataba de sobrevivir al reguero de trabajo que desde bien tempranito se adueñó de la mesa del comedor de mi santo hogar. “¿Qué ya de nuevo es el día de las madres?”, pregunté pensando en voz alta a consecuencia del estado de histeria en el que entró mi cerebro por olvidar, como siempre, celebraciones como estas —sí, así también soy: de las que pocas veces sabe el día en que vive.


Si mami supiera que, después que se fue de casa, yo me quedé rememorando con algo de sinsabor la forma tan estrambótica en la que decidí meter la pata con el rollo este de ser madre primeriza por aquello de bajar momentáneamente la bendita calentura.


La verdad es que, en ese momento, mientras mis ojos daban la clara señal de estar gozándome los pocos minutos que, por desesperados, duró el apogeo, ese que te digo que de bueno pone a uno hasta bruto, no se me ocurrió hacerlo como la prima de la prima de la prima de la prima de mi amiga. Te digo que si a esa condená le hubieran otorgado una nota en planificación familiar, yo hubiese quedado ante la opinión de muchos como la típica estudiante de deficiencia académica. Como el típico motivo por el cual las madres de varios jóvenes de su edad hubieran abierto la boca para advertirles:


“En esa no te fijes, ahí no tienes nada bueno que buscar”.

En fin, que tampoco se me ocurrió hacerlo como la prima de la prima de la prima de mi amiga. Sí, ¡esa misma! Sobre la que algunos comentan, así, a lo bajito, que destronó en inteligencia a la prima de la prima de la prima de la prima de mi amiga porque decidió ser la tía alcahueta y solterona con mucho amor para darles a sus “sobrihijos” y adoptar el control de natalidad como medida preventiva para alborotar al gallinero de los conservadores y no traer más humanos al mundo; ya sabes, a sufrir y a padecer lo que se sufre y padece cuando se es un simple mortal. “¿Y para qué tiene ovarios?”, todavía se preguntan contradictoriamente los mismos que hacen uso del volumen de voz que es incapaz de dar la cara cuando alguien lo enfrenta.


Y no me menciones a la prima de la prima de mi amiga, que mucho menos se me ocurrió hacerlo como ella. En este, su caso, entre el me preparo y no me preparo para terminar con un hijo nacido en el cielo. Si la vieras lo ilusionada que, a pesar de su ausencia física, todavía celebra cada año su vida. A veces, a cambio, ese día recibe una imprudencia de esas que minimizan o invalidan su experiencia de madre. Sin embargo, eso ya no la hiere; porque es una de esas. De las que no se quitan ni se dejan. De las que seguirán ejerciendo el rol que alguna vez les fue divinamente encomendado a pesar de las circunstancias.


Que por quién tú me preguntas. ¡Por la prima de mi amiga! Pues que te digo… Esa, aunque lo quisiera, no sale embarazada. Unos pensarán que su aparato reproductor está de brazos cruzados, o que los espermatozoides de su pareja se fueron de huelga. Yo, por el contrario, tengo la certeza de que la vida ya le tenía un encargo especial: cuidar de otra vida que no tuvo raíces en su vientre.


Después de parlotear con la Misma que habita dentro de mí me paré de la silla sin pensarlo, pero concluyendo a la soltá: “¡Qué madre(s) esta(s)!” (incluyéndome a mí).


Misma (Mt. 22:39)


¡Hablemos sobre el rol de madre! ¿Qué puedes o deseas compartir al respecto? ¿Cuál es tu experiencia como mujer con este tema?


P. D. No olvides que siempre que así lo desees puedes compartir las entradas de este blog con las mujeres que te rodean, con esas que forman parte de tu comunidad femenina.

 

Algunas notas para que nos podamos entender:


1. La expresión “meter la pata” se refiere a cometer un error; en este caso, relacionado con salir embarazada sin antes planificarlo.


2. El término “rollo” en este contexto significa “asunto”.


3. La palabra “condená” es lo mismo que decir “condenada”, en el buen sentido de la palabra.


4. “Sobrihijos” es un término compuesto por las palabras “sobrinos” e “hijos”.


5. La expresión “a la soltá” es lo mismo que decir “sin resistirse”.

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