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Mi amiga, la que se metió en la política


A esta entrada del blog le llamo

MI AMIGA, LA QUE SE METIÓ EN LA POLÍTICA

 

«¿Qué tal si hacemos esto?», «¡Lo vamos a lograr!», «No importa, lo resolveremos»; así más o menos fue como conocí a Ivy, en la sala de facultad de una pequeña universidad, planificando, liderando y delegando con una seguridad y confianza dignas de admirar. Al menos yo, nunca he podido seguirle el paso; y estoy segura de que muchos otros tampoco. A veces me pregunto, ¿cómo puede ser tan activa y dinámica, y tan alegre, vivaracha? Bueno, la verdad es que solo ella sabe.

 

De la introducción al problema

 

De la nena de papi y mami ya crecidita, lo primero que debo decir es que carga con el peso de varios estereotipos. En cuanto a esto, hablemos claro: si no fuera por el espíritu que se gasta, los malditos la habrían limitado.

 

Básicamente, Ivy es de tez clara, estatura baja y cachetes rellenos con una hermosa y colorida rosácea. No obstante, es del tipo de soltera que conoce de prioridades, aunque siempre figure como el alma de la fiesta. Por ende, digamos que es del tipo de persona que disfruta tanto de su espacio personal como de tomar cualquier cosa como excusa para reunir a los suyos en un buen jolgorio o bembé, bohemia o tertulia.

 

Sin embargo, con esta alma hay un problema que nada tiene que ver ni con compromisos, bodas o hijos.

 

Del problema a una invitación

 

Y es que Ivy ya se encuentra en los ta’ declarados en retiro.


Cuando ella comenzó a coquetear con esta idea, muchos de los que estábamos a su alrededor nos empezamos a preguntar: «Pero, y si se retira, ¿qué va a hacer, a qué se va a dedicar?»; debido a que sabíamos que el salón de clases era lo único que conocía.


Maestra al fin, educar era el arte que dominaba a la perfección; eso fue lo que le dejaron los más de treinta años que estuvo al servicio del magisterio. Y no, no pienses que por la cantidad de años que estoy mencionando mi amiguita es la típica señora mayor que, a pesar de no poder ni con su vida, se resiste a dejar su puesto para privar a los más jóvenes de la oportunidad de ejercer la profesión. No, no no no no, no. El que la conoce sabe muy bien que a esta hormiga es mucho lo que todavía le falta por hacer, aportar y lograr después de decirle «hasta luego» a la educación.

 

De la invitación a una noticia

Imagínate si es tanto lo que le falta, que, para terminar de completar, un día me invitó a desayunar a un cafecito de pueblo; tú sabes, para vernos.

 

Ese día estaba lloviendo; ya con eso yo tenía al excusa perfecta para vestirme con ropa cómoda.


La cosa es que entré al establecimiento formando la primera pelea del año con la sombrilla que utilicé para no mojarme porque no la podía cerrar. Al vencer a la que me estaba haciendo la guerra, levanté la mirada, y vi a mi amiga conversando muy a gusto con uno de los meseros con la familiaridad que solo los lugares con un número reducido de habitantes pueden ofrecer. Por su puesto que el olor a café me despertó el apetito, y me hizo desear y ordenar uno de inmediato.


Tanto los ruidos provenientes de la cocina como el que provenía directo de los empleados, anunciando al trote las órdenes listas para delivery, de vez en cuando interrumpían nuestra conversación, la cual inició con preguntas tan básicas como: ¿Cómo has estado? ¿Qué has hecho? Y los nenes, ¿están bien? Sin embargo, el punto culminante del siempre entretenido y nutritivo chachareo se dio cuando en medio de un sorbo de café me compartió su decisión de aspirar a un puesto político en las próximas elecciones.


«¡¡¡MI AMIGA EN LA POLÍTICA!!!», gracias a Dios que no me dio algo cuando la escuché hablar con tanta seriedad del mecanismo que han utilizado descaradamente algunas sabandijas de mi país para robarse hasta los clavos de la cruz.


Mira tú qué cosa, ni siquiera me ahogué con el café como hubiera esperado; creo que ya estoy bastante acostumbradita a esperar cualquier cosa de Ivy (en el buen sentido de la palabra).

 

De la noticia a una breve reflexión

 

«Te apoyo», le dije, pensando en la clase de agallas que tenía; así como en lo atrevida y valiente que era como para tirarse a un ruedo saturado de primitivos locos por impulsar agendas que como mínimo dan vergüenza ajena.

 

A ver, qué se necesita en la política que mi amiga no tenga: ¿determinación, honestidad, palabra, cojones? Porque mira que lo que a esta le falta de estatura, le sobra en sentido de justicia para levantar la voz en defensa de todos.

 

Estamos hablando de una ciudadana que ama a Dios, a su familia, a su patria, a la naturaleza y a los animales; a través de su pensar, plasmado en distintos escritos de su autoría, lo ha demostrado, así como a través de su participación activa en la lucha de distintas causas que nos aquejan como pueblo.

 

Cómo no admirar a la condenada; pa brava, ella.


Y no, no pienses que lo que estoy haciendo en este escrito es adular a alguien a quien conozco. Porque, como todas, ella también tiene sus defectos. Y porque, además, conocidas tengo muchas; pero, amigas con su valentía, carácter y determinación, solo ella.

 

Lo siento, mijita, pero al César lo que es del César.

 

Piensa, ¿tú sabes lo difícil y retante que debe ser ir tras una meta como esta a su edad, sin experiencia y con sacos de testosteronas en estado de alerta por representar una amenaza para muchos dentro de un partido político liderado tradicionalmente por hombres?


De la reflexión a los resultados

 

Según he sabido, y he visto, a Ivy no la ha parado nada ni nadie desde que tomó su decisión. Allá se fue a sorprendernos con anuncios, pancartas, propaganda política, comparecencias y audios haciendo posible todo lo que ha estado a su alcance. Precisamente, un día me la encontré en una de sus visitas a las comunidades, con su sonrisa a todo dar y sin apariencias que la distanciaran de quien realmente es ella. Recuerdo que en ese momento me dije: «¡Sí, esa es mi amiga!», convencida de que la política no le había inflado el ego.

 

«Y las elecciones, ¿las ganó?». Pues fíjate, esta es una pregunta que ahora mismo no te puedo contestar; ya que, para cuando haya terminado el proceso eleccionario, yo ya habré terminado de escribir esta entrada del blog. Sin embargo, espero que sí. Ojalá que una de nosotras sea la afortunada de ocupar una de las tantas sillas que necesitan con carácter de urgencia de mujeres como ella.

 

Creer en nosotras; confiar en nuestras capacidades; cambiar el «ganar o perder» por el atrevernos, arriesgarnos, intentarlo; quedarse con la satisfacción del deber cumplido y hacer lo correcto en el momento preciso, así sea con miedo, ha sido parte de lo que he aprendido de Ivy en este período de elecciones generales, caótico y sin precedentes. Qué orgullo saberla parte de la revolución patria de la Isla de una manera tan valiente, humilde y con el tipo de clase que une y edifica.

 

Hoy mi querida amiga me recuerda con su historia que no hay por qué fijarse en figuras prominentes para admirarlas y tomarlas como ejemplo a seguir, cuando a nuestro alrededor tenemos a mujeres como ella. Solo es cuestión de dejar el ego a un lado para prestarles realmente atención y valorar sus capacidades. Al hacerlo, las hacemos visibles y, al hacerlas visibles, ganamos todas.

 

Cerca del mediodía nos despedimos con un brindis de chispeantes mimosas parecidas a nosotras; Ivy, tal vez feliz por haber contado con mi respaldo en lo que ella se refiere a «uno más de mis inventos», y yo, más feliz todavía por saber que una de las mías iba por lo suyo por el bien de miles de compatriotas.


(Mt. 22:39)

 

Honestamente, ¿le darías tu confianza a una mujer que aspire a un puesto de este tipo?

  • No

  • Prefiero no responder

Nota aclaratoria: El propósito de esta entrada del blog es resaltar una historia personal en la que la protagonista es (y siempre será) la mujer; y no la política. Con base en esto, declaramos que ni este sitio web ni su autora están afiliados ni endosan a ningún partido político.

 

Y tú, ¿tienes algún modelo cercano a seguir del cual no te hayas percatado? ¿Qué es lo más que admiras de esa mujer? ¿Por qué? De seguirle los pasos, ¿cómo crees que mejoraría tu vida? Déjame saber tu opnión en la sección de comentarios.

 

P. D. No olvides que siempre que así lo desees puedes compartir las entradas de este blog con las mujeres que te rodean, con esas que forman parte de tu comunidad femenina.

 

 

Algunas notas para que nos podamos entender:

 

1. La expresión «el alma de la fiesta» hace alusión a la persona que en una fiesta muestra tener mayor entusiasmo.

 

2. Los términos «jolgorio» y «bembé» son sinónimos de «fiesta».

 

3. El término en inglés «delivery» hace referencia en esta historia a la entrega de comida a domicilio.


4. El término coloquial «chachareo» hace referencia a la habladuría de las amigas.

 

5. El término «mija» se utiliza para referirse o llamar la atención de una mujer de manera peculiar.

 

6. La expresión «al César lo que es del César» tiene su origen en el texto bíblico Mateo 22:21, se refiere a darle a la persona lo que le corresponde.

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