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Bienvenida a El lazo que nos une: El blog



A esta entrada del blog le llamo

BIENVENIDA A EL LAZO QUE NOS UNE: EL BLOG


¡Hola! Por si no me conoces, soy Misma. Si supieras que esta es una de las pocas cosas que me constan, y todo porque así es como aparezco registrada en el acta de nacimiento. ¡Ah, y que como tú soy mujer! Solo eso, pero nada; que ya a lo largo de la vida de este blog irás conociendo otras cosas de mí. Por el momento, comencemos con esta la primera de sus entradas.


La mala costumbre que me motivó a comenzar este blog

Acabo de darme una ducha, y, de camino hacia la cama, le pasé por el lado al libro. Seriamente preocupada, me dije: "Misma no puedes dejar a esas mujeres en suspenso con el fastidioso qué pasará después de haber terminado de leer Mujer: El lazo que nos une. —¿Qué no lo has leído? Pues déjame decirte que te estás perdiendo tremenda novela de autoayuda para alcanzar el crecimiento humano óptimo con base en el emprendimiento personal y desde una experiencia ajena; la cual, en ocasiones, te hará preguntarte si en realidad se trata de la mía o de la tuya. ¿Qué la deseas adquirir? Pues date la vuelta por Amazon ahora mismo para que conozcas lo que ya han dicho sobre ella algunas de sus lectoras y haz tu pedido. Considera que puedes adquirir copias adicionales para obsequiarles a las mujeres que componen a tu comunidad femenina y juntas crear experiencias y memorias únicas de encuentros y acompañamientos (By the way, ahora no te pongas a coordinar como las locas grupos de lectura con tus amigas; pero, si te diera con ponerte con esas, haz el trabajo completo: envíame fotos, videos o reseñas de la experiencia. ¡Ja, ja, ja, ja!).


Mala costumbre la que tienen los que nos dejan en esas al contar cualquier tipo de historia, ya sea por medio de un libro, una película y hasta una canción. Yo no sé tú, pero eso es como dejar el bochinche a medias. Cosa por la que terminé dejando a un lado al bizcochito que me estaba esperando tendido sobre la cama con tremendos boxer que caballerosamente dejaban todo a mi imaginación para, en lugar de optar por quemar algunas calorías con él, encender la computadora portátil y adentrarme a todo este rollo llamado blog, y teclear, borrar, teclear, borrar, teclear…


Hay preguntas en las que no había pensado

“Espera, antes de que sigas con el bla bla bla: al menos, ¿alguien leerá tus escritos como para no haberte hartado del postre que según tú tenías servido sobre la mesa?”. ¡Mierdaaa! Ahora que lo pienso bien, la verdad es que no lo sé. Por el momento, me conformo con que así lo haya hecho el procesador de palabras; ya que, de ahora en adelante, andaré dando de qué hablar en este espacio narrativo y anecdótico de emprendimiento personal para la mujer en el que con respeto coincidiremos, conectaremos, reiremos, lloraremos, nos desahogaremos, nos identificaremos, empatizaremos, simpatizaremos, discreparemos y, más allá de todo esto, procuraremos aprender con la finalidad de crecer.


Deseo que, aunque yo termine siendo en tu vida un llamado ave de paso, al menos sea uno de esos que saben dejar huellas a lo bonito con la palabra escrita; porque mira que con este blog me propongo a ir tras una mujer a la vez, recordando en cada entrada que fuimos llamadas a amar al prójimo como a nosotras mismas (Mt. 22:39).

Aclarando

“¿Y por qué le dedicas tanto tiempo a esto?”. Bueno, porque lo que deseo con este blog es que de alguna manera se convierta en una extensión del libro Mujer: El lazo que nos une con el propósito de forjar una mejor experiencia de vida femenina para la mujer, y he aprendido a la fuerza que el que quiere ver cambios a su alrededor es el único llamado a hacer que las cosas sucedan. Créeme, no puedo hacer menos, dado a que como tú soy mujer; y este, querida amiga, es el lazo que nos une.


Por ahora me despido

Y discúlpame por dejar esta entrada hasta aquí, pero ahora voy a ver si alcanzo, aunque sea, la cherry del postre que acaba de abrir un ojo en señal de que ya es hora de ir a la cama. ¡¿Qué?! Acaso, ¿no has aprendido lo básico?: A un postre se le podrá dejar de lado momentáneamente, pero no rechazar a alguien a quien te quieras comer de un bocado (por supuesto).


¡Ah, y ya se me olvidaba el motivo de esta primera entrada con todo el rollo este de repostería que formé en torno a mi amorcito! Bienvenida a El lazo que nos une: El blog. Un espacio de todas y para todas.


Misma (Mt. 22:39)


¿Qué te pareció esta entrada? ¿Nos encontramos en la próxima? Déjame tu comentario.

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